Tal como lo precisa el “Manual para la planificación y el diseño urbanos con perspectiva de género” -elaborado por el Banco Mundial-, el desarrollo y planificación urbana afecta la percepción que los ciudadanos adoptan de su entorno, al igual que el modo en que viven, interactúan y trabajan. En ese sentido, es indispensable considerar la participación de las mujeres en la ingeniería y en cómo se configuran los espacios.

En la misma línea, es imperativo diseñar entornos urbanos que consideren parámetros de seguridad en espacios públicos inclusivos, pensando en el bienestar de todos los habitantes. Sin embargo, éste y otros aspectos han sido obviados durante muchos años para la población de género femenino, debido a que la construcción de las urbes tiene tintes masculinos.

A lo largo de la historia, el desarrollo y planificación urbana ha sido “cosa de hombres” y ha estado liderada por ellos. Esta es la razón por la cual los espacios públicos que recorres a diario posiblemente no atiendan las necesidades de las mujeres y no consideran su experiencia cotidiana al hacer uso de estos, desde brindar mayor protección en plazas o parques, hasta considerar las necesidades de una embarazada que, por su condición, debería poder acceder a más facilidades de desplazamiento o descanso. 

Ocurre lo mismo con las niñas y niños pequeños y con las personas de género no binario o con discapacidades: es común que se sientan excluidas al no encajar en el perfil urbanístico primario, tradicionalmente compuesto por hombres adultos cisgénero, heterosexuales y no discapacitados. 

Hoy en día, la idea de implementar transformaciones del espacio público ha ganado mucho terreno, gracias a que es cada vez más evidente que el diseño de las ciudades determina fuertemente la calidad de vida de las personas y que es un factor que puede reducir fuertemente los temas de equidad e inclusión (o agudizarlos si no se abordan) Por supuesto, para concretar esta misión es esencial el rol activo de las mujeres en la ingeniería. 

Participación femenina en la ingeniería: fundamental para una mayor seguridad en espacios públicos

Se estima que las mujeres representan solo el 10% de los cargos más importantes en el mundo de la arquitectura. Esto, por desgracia, otorga un voto muy limitado sobre las decisiones ingenieriles relacionadas con la construcción, el diseño de sistemas de transporte, etc. 

Lo anterior obstaculiza la generación de espacios que respondan a las necesidades de toda la población, haciendo evidente la urgencia de un enfoque más amplio en lo que a ingeniería, construcción y diseño respecta.

Básicamente, hay dos formas de conducir las transformaciones del espacio público que la sociedad necesita: 

• Formar mujeres ingenieras competentes y listas para la inserción laboral en cargos de toma de decisiones.
• Preparar a estudiantes (hombres y mujeres) para enfrentar los desafíos de perspectiva de género que la sociedad chilena y global vive actualmente.

En ambos casos, se promueve la participación de las mujeres en el diseño de espacios públicos, abriendo el camino a la construcción de ciudades que se protejan a sí mismas y a sus habitantes.

La iniciativa Ingeniería 2030 de la UTEM está llevando a cabo un plan estratégico para inducir una transformación sostenible en las facultades o escuelas que imparten carreras de ingeniería civil. 

El propósito es formar ingenieros civiles integrales, con las competencias que Chile y el mundo necesitan. Entre ellas, es especialmente importante capacitar a los estudiantes en la generación de soluciones que atiendan a necesidades de toda la población, lo que permite una planificación urbana inclusiva y amigable con todos los habitantes.

Ingeniería 2030 de la UTEM se basa en los principios del urbanismo consciente con perspectiva de género, y el objetivo es construir espacios en donde hombres, mujeres, niños y niñas, personas con alguna discapacidad, tercera edad y todos quienes conforman la sociedad se sientan incluidos y considerados, algo que va desde brindar mayor seguridad, hasta diseñar entornos en armonía con el medioambiente.

Además, en la UTEM existe un proceso de admisión de acceso directo llamado,“Equidad de Género” donde las mujeres que presentan un ranking de notas de enseñanza media de 450 o superior, pueden postular en forma directa a una de las carreras cuya composición femenina sea menor al 50% en las dos últimas admisiones.