Durante los últimos años las voces en contra de la aplicación de la PSU, Prueba de Selección Universitaria, se han ido elevando y, sin ir más lejos, la última realización de ésta se vio empañada con las movilizaciones de cientos de estudiantes en todo el país, que impidieron la normal realización de esta prueba.

Pero todo esto debiera quedar atrás, luego de la presentación, por parte del Subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, junto al Comité Técnico de Acceso a la Educación Universitaria, de los principales ejes del Nuevo Sistema de Acceso Universitario, el cual buscará avanzar en equidad, valorar la diversidad de talentos que hay a lo largo de todo el país, y dar mayor flexibilidad a las instituciones, para potenciar de mejor manera sus proyectos educativos.

Lo principal de este anuncio es la eliminación de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y su reemplazo por otro test, el cual medirá las competencias de los estudiantes en lugar de conocimientos, y tendrá menos ponderación en las postulaciones a las carreras, aumentando el peso de la trayectoria escolar.

“El sistema, que por 16 años se basó en la PSU, hoy termina. A partir de este año se iniciará la transición a un sistema que permitirá a las universidades ponderar con mayor flexibilidad pruebas de acceso, notas de enseñanza media y ranking escolar”, enfatizó el subsecretario Vargas.

Principales cambios para acceder a la universidad

La nueva “Prueba de Acceso” debutará en 2022 y contará con dos test obligatorios: uno de Competencias Lectoras y otro de Competencias Matemáticas. Éstas ya no medirán conocimientos (como hacía la PSU), sino que las competencias esenciales para tener un buen desempeño en la educación superior, con referencia a los contenidos y habilidades del currículum escolar de 7° básico a 2° medio (ya no hasta 4° medio), y tendrán 65 preguntas (no 80 como la PSU).

“(Las nuevas pruebas miden) competencias, es decir, un conocimiento, una habilidad que es aplicada en un contexto y, por lo tanto, difieren de la PSU actual, que mide predominantemente el conocimiento respecto de ciertas materias”, explica el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas.

Este cambio también afecta a la PSU de Lenguaje y Comunicación, la cual no evaluaba correctamente parte de los contenidos y habilidades establecidos en el temario; además de esclarecer que la PSU de Matemática tenía un temario de contenidos excesivo y un nivel de dificultad que no era pertinente para todas las carreras.

También se realizarán tres pruebas electivas, en Ciencia, Historia y Matemáticas Avanzadas. El subsecretario indicó que, en el caso de las dos primeras, “por lo pronto, son pruebas que se mantienen”, aunque dijo que estarán “en permanente revisión” y que “puede haber algún cambio”. En tanto, la prueba electiva de Matemáticas Avanzadas en completamente nueva.

Es importante indicar que según definición de este Comité y para no perjudicar a los estudiantes que ya se han preparado para la PSU, en 2020 y 2021, se aplicará una prueba de transición en Lectura y Matemáticas, que también tendrán 65 preguntas.

La prueba de Lectura tendrá, entre sus principales cambios, la eliminación de las preguntas asociadas al plan de redacción y conectores, y se incluirán nuevas preguntas y nuevas formas de evaluar las competencias lectoras. La eliminación de esos ítems se debe a que los expertos consideran que es un error que a través de ellos se intente medir de manera indirecta las competencias asociadas a la escritura. Mientras que la prueba de transición de Matemáticas también incluirá progresivamente nuevas preguntas que evalúen competencias esenciales.

Junto con reemplazar la prueba, el nuevo Sistema de Acceso a la Educación Universitaria modifica las ponderaciones de los instrumentos de selección, bajando el peso de la prueba y aumentando el de aquellos que miden el desempeño escolar (NEM y ranking de notas). Así, desde 2021 el porcentaje de la prueba se reducirá a un 30%, igualándose el peso mínimo de cada prueba al del NEM y ranking. Hasta ahora, el sistema establecía que la PSU debía representar al menos el 50% de toda la ponderación para las carreras.

“Cada universidad va a poder ponderar los distintos factores, y hay algunas universidades que le van a dar más peso al NEM, al ranking y menos a la PSU, y será cada universidad la que, de acuerdo al perfil de estudiante que busque y de acuerdo a su propio modelo educativo, defina qué peso le va a dar a cada uno de los factores”, explicó la autoridad.

Otro cambio es que se permite que los alumnos con buen desempeño escolar (con un promedio de notas dentro del 10% de su establecimiento) puedan postular a la universidad, aunque no cumplan con el mínimo de 450 puntos promedio que se exige en las dos pruebas obligatorias. Esto también regirá a partir de 2021 y podría beneficiar a más de 6 mil jóvenes que, teniendo un buen desempeño escolar, han quedado excluidos del sistema.

“El 10% mejor da lo mismo, por así decirlo, el puntaje obtenido (en la prueba); tienen derecho propio de postular a una carrera universitaria”, señaló el subsecretario. Asimismo, con el fin de reconocer la diversidad de talentos, se aumentan los cupos por admisión especial en las universidades de un 15% a un 20%, y en las zonas extremas de un 20% a un 25%. Con esto, hasta uno de cada cuatro estudiantes pueda ingresar a la educación superior a través del reconocimiento de otros talentos o capacidades. En paralelo, se continuará analizando la posibilidad de incorporar nuevos instrumentos para ampliar las herramientas de postulación, como por ejemplo una prueba de Escritura.

Desde fines de abril se encontrará disponible en Admisión.utem.cl ensayos de las pruebas de Competencias Lectoras y de Competencias Matemáticas, con los parámetros exigidos para que las y los interesados puedan practicar, con resultados inmediatos que les permitirá reforzar los aspectos débiles.