UTEM destacó en Conferencia Internacional de Investigación Participativa desarrollada en Colombia con proyecto de participación comunitaria y políticas públicas
Autor: Admisión UTEM|
La ponencia de la académica surge de un trabajo colectivo realizado desde el 2015 hasta mediados del 2017 con una comunidad de la Región Metropolitana, con quienes académicos de Trabajo Social y Cartografía y Geomática de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social de la UTEM, generaron espacios de investigación y acción participativa, que permitieron que la comunidad se conociera y fuera parte de los desafíos que vive Chile en el siglo XXI, vinculando la academia a las problemáticas territoriales.
El proyecto, la participación en Cartagena de Indias en ARNA, las proyecciones y nuevos desafíos que nacieron desde este observatorio, fueron explicadas por Paulina Cárdenas Ovalle, Trabajadora Social de profesión y especialista en temas de territorio, con quien conversamos los diferentes alcances de esta iniciativa.
¿Cómo surge la idea del proyecto que termina presentándose en Cartagena de Indias?
La idea del proyecto surge a finales del 2015 por un tema relacionado con un análisis que empezamos a hacer académicos desde Trabajo Social y Cartografía y Geomática, en relación a cómo promover algún tipo de espacio investigativo que reflejara un avance respecto al rol de la Universidad con la comunidad, con la sociedad, y al mismo tiempo hacernos cargo de cómo estábamos respondiendo a lo que nos está demandando el Chile de hoy, enfocado principalmente a lo que está pasando en los territorios.
Desde ahí nace la idea de presentar un proyecto de investigación que fuera un Observatorio que desde su nombre integrara una visión multidisciplinaria: “Cartografías de la participación comunitaria y las políticas públicas”.
¿Por qué decidieron trabajar el proyecto en Santiago centro?
Nos quisimos vincular con un territorio que estuviera ubicado dentro de la Comuna de Santiago. Nos contactamos con dirigentes sociales cuyos datos nos fueron proporcionados por la Dirección de Gestión Comunitaria y Redes de la Municipalidad de Santiago. Así llegamos a trabajar al Condomio Blindado ubicado en el sector de Matta Norte.
Este territorio cuenta con 720 departamentos y un promedio de 3000 personas. Desde ahí nos vinculamos en un trabajo autónomo con los vecinos. Partiendo por generar la confianza y mostrarnos dentro de un sector en el que podíamos realizar convocatorias en un entorno común.
¿Qué objetivos tuvo el Observatorio y cómo los cumplieron?
Nos relacionamos con los vecinos, generamos reuniones con participación constante, siempre considerando tener su validación en el proceso. Así se constituye un proceso de investigación cualitativa y cuantitativa.
Lo cuantitativo tenía que ver con diseñar y aplicar una encuesta que recolectara la información de la vecindad; lo cualitativo se relacionó con el desarrollo de talleres abiertos en un proceso de investigación-acción participativa en que los propios vecinos empezaban a reconocerse, las capacidades que tenían, la visión que tenían de ser comunidad, territorio, y cuáles eran los aspectos relevantes para mejorar su calidad de vida.
El taller más importante fue el de Gestores Territoriales, que concentró en sus diferentes módulos: metodología participativa; comunidad y territorio; cartografía social; y diseño de proyecto social. Cada uno de los temas tenía como hilo conductor recoger los aprendizajes del proceso, fortalecerlos y profundizarlos. La gente que se capacitó quedó con un nivel de reflexión, análisis y manejo de instrumento más desarrollados, que les permitirá ser agentes multiplicadores con el resto de sus vecinos.
¿Qué otros académicos participaron del proyecto?
Lorena Valencia Gálvez de Trabajo Social, quien fue la investigadora responsable; y junto a Juan Oscar Martínez Barajas trabajamos como co-investigadores.
¿Cuál ha sido la participación de los estudiantes en el Observatorio?
Los estudiantes han participado en este proyecto de investigación realizando su práctica y tesis tanto de Cartografía y Geomática como en Trabajo Social. Además, a partir de este proyecto junto a Juan Oscar Martínez Barajas desarrollamos una clase interdisciplinaria para el curso Metodología de Desarrollo Local y Comunitario.
Los estudiantes que formaron parte del equipo de este proyecto fueron Camila Ortiz y María José Sepúlveda, de Trabajo Social, junto a Gonzalo Martínez y Nicole Estay de Cartografía y Geomática.
¿Qué proyecciones nacen desde la ejecución de este proyecto?
Este proyecto de investigación dio curso a generar mayor toma de conciencia al interior de la UTEM, e incidió en crear un programa más estable, interfacultades, que dependerá de la Vicerrectoría de Transferencia Tecnológica y Extensión, el Programa Observatorio del Territorio.
La idea es tomar esta experiencia como una metodología que tiene que fortalecerse, continuar desarrollándose. Hacemos una apuesta académica de la transdisciplina y la investigación participativa.
El programa estará a cargo del ex ministro de Bienes Nacionales, Víctor Osorio Reyes y nosotros formamos parte del equipo de trabajo. Lo que importa es instalar un tema en una doble mirada, interna y externa. Son apuestas que tienen que ver con la tendencia transdisciplinaria que tienen que asumir las universidades respecto a su docencia e investigación con la vinculación con el medio, donde hoy la UTEM no se puede restar.
¿Cómo acogieron el proyecto al interior de la Conferencia Internacional de Investigación Participativa?
La ponencia del proyecto fue parte del área de Metodologías participativas y asuntos epistemológicos, y se presentó con un muy buen recibimiento en la mesa Participación Comunitaria.
Fueron más de dos mil asistentes, representando a 60 países con más de 200 ponencias. Tras la presentación en la mesa que nos correspondía, las preguntas estuvieron enfocadas en nuestro proyecto porque llamaba mucho la atención que se estuviera avanzando y se pudiera lograr desarrollar al interior de una universidad una línea de investigación-acción participativa con visión interdisciplinaria, y que uno de sus resultados indirectos fuera la contribución a crear el Observatorio del Territorio como una propuesta estable dentro de la Universidad, que le permite avanzar e involucrar a las diferentes carreras, que es lo que necesita el territorio.
Con la participación pudimos reactivar nuestra vinculación con redes en investigaciones participativas, cobrando fuerza no sólo en América Latina, sino también en el hemisferio norte. No exagero cuando digo que es volver a posicionarnos a nivel mundial. Saber que existen otras experiencias en cada uno de los continentes, y que ellos sepan de nuestro proyecto, ese contacto queda. Es intercambio de conocimiento, tiene que ver con profundizar estrategias para avanzar en la democratización del mismo.