¿Es posible crear un humedal en casa?
Autor: Admisión UTEM|
¿Es posible crear un humedal en casa?
Los humedales son lugares llenos de vida que cumplen funciones muy importantes para el medioambiente. Por un lado, son el hábitat de muchos tipos de plantas y animales. Por el otro, contribuyen a la regulación de los ciclos hidrológicos y tienen la capacidad de filtrar aguas contaminadas. En Chile existen cerca de 40.000, y cada día aumenta el interés por protegerlos. Pero, ¿sabías que puedes tener tu propio humedal en casa?
Tratamiento de las aguas con un humedal casero
Los humedales caseros funcionan de manera similar a los humedales más grandes que se encuentran en las ciudades y en la naturaleza. Gracias a la ayuda de la Ingeniería Química y otras ciencias, sabemos que estos humedales limpian el agua usando tres tipos de procesos:
- Físicos: Mediante la filtración y sedimentación, que se dan a medida que el agua fluye a través del lecho del humedal. Es como cuando dejamos reposar un vaso con arena y agua, y la arena se queda abajo.
- Químicos: Principalmente por adsorción, un proceso en el que las moléculas contaminantes se adhieren a las partículas de grava o arena. Además, puedes ver la depuración a través de la precipitación que ocurre cuando metales pesados y otros compuestos se vuelven sólidos y son retenidos en el fondo del humedal.
- Biológicos: Se trata del proceso de descontaminación más importante, tanto de los humedales urbanos naturales más complejos como del más pequeño que armes en tu jardín. En líneas generales, se trata de microorganismos y plantas que absorben nutrientes y biodegradan la materia orgánica. Es como cuando el compost se descompone para convertirse en tierra fértil.
En ese sentido, un humedal casero representa una alternativa tangible para tratar aguas grises, que son las que provienen de cosas como lavar los platos o la ducha. Una vez que las depuras, puedes reutilizarlas en tu hogar o liberarlas al medioambiente.
¿Cómo construir un humedal en casa?
Es más fácil de lo que te imaginas. Todo es cuestión de planificar muy bien la obra y poner en práctica unos cuantos conocimientos de la biología, la física y la ingeniería química. Mira un breve paso a paso.
1. Elige un espacio adecuado para tu humedal
Lo ideal es que sea en un espacio abierto, como tu patio o terraza, en el que pegue directamente la luz del sol. El tamaño depende del volumen de aguas a tratar, pero seis metros cuadrados y 60 centímetros de profundidad pueden ser suficientes para un uso doméstico.
2. Construye el lecho filtrante
Si vas a trabajar sobre terreno blando, puedes hacer una excavación. Si no, tienes la posibilidad de utilizar un tanque. En cualquiera de los casos, asegúrate de que quede una pendiente de aproximadamente 0.5% entre el punto donde entrarán las aguas grises y aquel por donde saldrán.
Cuando la obra esté lista, agregas una capa de material de filtrado, que puede ser grava o arena. Luego recubres las paredes con algún material impermeable, para prevenir que las aguas grises salgan antes de ser tratadas.
3. Selecciona las plantas
Lo ideal es que uses plantas acuáticas de las mismas especies que ves en los humedales cercanos a tu vivienda. De esa forma, tendrán mayores oportunidades de desarrollarse. Algunas plantas comunes en humedales de la zona central son:
- Junco nodoso
- Totora
- Pasto salado
4. Instala el sistema de entrada y salida de agua
Asegúrate de que el agua residual entre lenta y uniformemente en el humedal, y que fluya despacio por todo el microsistema. Lo ideal es que permanezca en el sistema por un promedio de 2-10 días, para permitir el tratamiento biológico.
También es importante que instales una válvula de drenaje en la parte más baja del humedal, para bajar el nivel del agua cuando sea necesario.
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