El Servicio Nacional de Aduanas es el principal facilitador de las operaciones de comercio exterior. Actualmente, lo conocemos por encargarse de fiscalizar el paso de mercancías por las fronteras y aeropuertos del país, así como de recaudar los impuestos y gravámenes asociados a exportaciones e importaciones. Sin embargo, a lo largo de su historia, esta institución ha tenido que adaptarse a las dinámicas de la economía global. 

Hoy en día, enfrenta una serie de desafíos que la obligan a ampliar el alcance de sus funciones: 

Conciliar la seguridad nacional con la facilitación del comercio

En cierta forma, un o una agente de aduanas hace parte de la primera línea de defensa en las fronteras de un país. En su tarea de inspeccionar y regular la entrada de mercancías, debe evitar el ingreso de productos que pongan en riesgo la seguridad de la nación. Esto incluye productos que no cumplen requisitos sanitarios y fitosanitarios (impidiendo la introducción de plagas y enfermedades). 

Hasta el momento, la Aduana de Chile ha realizado muy bien esta tarea. De acuerdo con la Subsecretaria de Hacienda, Heidi Berner, el servicio hace parte de las instituciones que conforman la Política Nacional Contra el Crimen Organizado, y solo en 2022 incautó: 

• 5.8 toneladas de marihuana, cocaína y pasta base. 
• 526 mil unidades de drogas sintéticas. 
• 690 toneladas de precursores químicos para la elaboración de drogas.
•  81.015 unidades de municiones, elementos de protección personal, armas y partes de éstas.

Aunque las amenazas crecen a diario, esta tarea no puede entorpecer el rol del servicio como facilitador del comercio internacional. Andrés Rodhe, presidente de la Academia Internacional de Derecho Aduanero, habló al respecto en una charla sobre los desafíos de las aduanas, celebrada el pasado 16 de junio en Chile.  

En su presentación, reafirmó el papel del servicio a la hora de cuidar el “territorio nacional”, pero destacó que no puede entorpecer injustificadamente el comercio internacional con demoras en los procesos de salida e internación de mercancías. Según Rodhe, las conmociones globales como la aparición del Niño, los tsunamis y el COVID-19 han convertido esta tarea en un gran desafío a nivel mundial.

Las amenazas crecen a diario, tanto en número como en sofisticación. Esto obliga a la Aduana de Chile a encontrar nuevas estrategias para agilizar el flujo de mercancías, sin comprometer la seguridad de la ciudadanía. 

Aduanas verdes

El concepto “aduanas verdes” se refiere a un enfoque de inspección y control aduanero enfocado en la protección del medio ambiente y el impulso del comercio internacional sostenible. Esto resulta oportuno en el contexto del cambio climático y la crisis ambiental que atraviesa el planeta. 

El Servicio de Chile tiene un fuerte compromiso al respecto. De hecho, la Directora Nacional de Aduanas, Alejandra Arriaza Loeb, habló del tema en el Consejo de la Organización Mundial de Aduanas (OMA). Allí ratificó que las buenas prácticas en materias medioambientales deben ser una prioridad para las sesiones del consejo y para el comité técnico permanente.

Aduanas necesita profesionales que puedan atender esas nuevas necesidades

El Servicio Nacional de Aduanas cuenta con 2.000 funcionarios y funcionarias, pero requerirá de muchos más para superar los desafíos que trae el auge de la globalización y el comercio transnacional. 

La carrera de Ingeniería en Comercio Internacional de la UTEM está ayudando a solucionar esta necesidad. El graduado o graduada de este programa posee los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse, entre otras cosas, como agente de aduanas en el nuevo escenario de comercio exterior mundial.