La primera mujer en titularse como cirujana en Latinoamérica, tuvo que estudiar en la universidad sentada al final de la sala de clases, junto a su madre y separada de los hombres. Ella fue Eloísa Díaz, la primera mujer chilena en graduarse de la carrera de medicina en 1887 y una pionera en el acceso de las mujeres chilenas a las carreras científicas. 

Si bien desde que Díaz recibió su formación han existido cambios significativos en el acceso de las mujeres a la educación universitaria, luego de 134 años aún persiste una notoria brecha de género en Chile para las carreras de ciencias, lo que se traduce en un menor número de mujeres científicas. 

Según datos del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCh) las mujeres conformaron el 55 % de las personas que ingresaron a universidad en 2020, pero solo un 6 % ingresó a una carrera relacionada con las ciencias. En su contraparte, un 13 % de hombres optó por dedicarse a lo científico. 

Esta persistente brecha de género en Chile se relaciona en gran parte con problemáticas que enfrentan las mujeres en los espacios de trabajo y educación. 

Problemáticas actuales de las mujeres científicas

Estereotipos de inferioridad

Según ONU Mujeres, en el mundo menos de un 30 % de los investigadores científicos son mujeres. Gran parte de este problema tiene que ver con la continuidad de las representaciones sociales y estereotipos que se tienen sobre las mujeres. Los prejuicios que la relacionan como alguien inferior, obstaculiza el desenvolvimiento de las mujeres en las ciencias, aumentando considerablemente la brecha de género en esta área.

Según el mismo informe de ONU Mujeres, durante la pandemia COVID-19 el papel de las mujeres en ciencia se hizo notorio y fundamental, aunque impactó de manera negativa especialmente en aquellas que se encontraban estudiando, revelando la continuidad de las disparidades ya existentes.

Inequidad en las labores domésticas

Tradicionalmente, la limpieza, la preparación de comidas y el cuidado de los niños han sido tareas vinculadas a las mujeres dentro del hogar. A pesar de los avances en igualdad de género, esto sigue siendo una realidad a nivel nacional: según estudios, durante el 2020 un 38 % de los hombres no destinó tiempo a labores domésticas, mientras que las mujeres a lo largo de la semana dedicaron 9 horas más que ellos a cocinar, lavar ropa y hacer aseo, entre otros. 

Esta inequidad es una de las más grandes razones para la brecha de género en carreras científicas en Chile. Para muchas mujeres es imposible hacerse cargo de todas estas labores y además sostener un empleo, una investigación científica o cursar educación superior. 

Discriminación y acoso 

Estadísticas recogidas por la Dirección del Trabajo en el 2020, indican que las mujeres realizan la mayoría de los reclamos por acoso laboral y sexual. Esta realidad puede observarse como uno de los factores que detienen el acceso de las mujeres a la educación universitaria y laboral al crear ambientes donde no pueden sentirse seguras. 

Como comenta la física Dra. Julia Tagüeña en un artículo para El Mostrador, las mujeres son minoría en el espacio científico, donde muchas veces son discriminadas e ignoradas. Además, muchas veces se les niegan oportunidades en favor de sus compañeros hombres, una situación que suelen obstaculizar el crecimiento laboral de estas profesionales. 

Sé una científica en UTEM

De acuerdo a ONU Mujeres, “el mundo necesita la ciencia, y la ciencia necesita de las mujeres y niñas”, por eso es necesario que se reduzcan las brechas de género en el sector, eliminando las representaciones sociales y estereotipos que generan situaciones de discriminación.

UTEM toma esta misión en serio, es por eso que ofrece un Acceso Directo vía Equidad de Género para las mujeres interesadas en estudiar carreras cuya composición femenina promedia bajo el 50 %. Por eso, si eres mujer y te apasionan las carreras científicas, no dudes en conocer las carreras UTEM para encontrar tu futura profesión.