Durante los últimos años, la energía solar se ha posicionado como una excelente alternativa para hacer frente al calentamiento global. De ahí la importancia de la planta termosolar en Chile, primera en Latinoamérica y propiedad de la multinacional EIG. 

La energía solar térmica es la que se genera aprovechando el calor producido por la radiación del sol. Puede ser utilizada en diferentes aplicaciones industriales, comerciales y residenciales que incluyen la fabricación de vapor, los sistemas de calefacción y de refrigeración e incluso la generación de electricidad.

¿En qué consiste el proyecto y cómo aprovecha la energía solar en Chile?

El nombre de la planta es Cerro Dominador, pertenece a la firma de fondos de inversión estadounidense EIG Global Energy y será clave en la generación de energías renovables no convencionales (termosolar y fotovoltaica). 

Inaugurada el pasado 8 de junio, aunque estaba en funcionamiento desde 2017 produciendo energía fotovoltaica, la planta está ubicada en el desierto de Atacama, zona caracterizada por tener uno de los mayores niveles de radiación solar del mundo y, por lo tanto, ideal para desarrollar proyectos de generación de fuentes de energía limpia. 

Como tal, es una planta de Concentración Solar en Potencia (CSP) de tamaño colosal: 1.000 hectáreas equipadas con 10.600 heliostatos (espejos), 392.000 paneles solares y una torre de 250 metros de altura.

Cuenta con un sistema fotovoltaico de 100 MW y con un innovador sistema solar térmico de 110 MW de potencia instalada, que en conjunto generan 210 megavatios de energía renovable no convencional, suficientes para abastecer a más de 380.000 hogares en el país. 

A diferencia de otras plantas tradicionales fotovoltaicas o eólicas, la tecnología de Cerro Dominador permite almacenar el calor del sol para generar electricidad durante horas, incluso en las noches.

¿Cómo funciona esta planta termosolar en Chile?

En la torre central de 250 metros está instalado el receptor de calor. A él apuntan los miles de helioestatos, que son espejos de tres toneladas y 140 metros cuadrados de superficie reflectante y capacidad para seguir la trayectoria del sol con movimiento en dos ejes. 

Mediante el receptor circulan sales fundidas a una temperatura de 560 grados centígrados, transfiriendo así el calor a un circuito que impulsa una turbina de vapor que produce energía eléctrica.

Energía solar en Chile: clave en la reducción de los efectos del calentamiento global

La planta evitará la emisión de 630.000 toneladas anuales de dióxido de carbono (CO2). Algo clave si consideras que en junio de 2019, Chile anunció su compromiso de alcanzar en 2050 la emisión cero de huella de Carbono (carbono neutralidad), que consiste en implementar medidas de disminución y mitigación en la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI).

Cabe señalar que, durante los últimos seis años, la participación solar y eólica se multiplicó por diez en la matriz energética de Chile y se espera, según datos oficiales, que las energías renovables no convencionales lleguen al 70 % de la misma antes de 2030.

Ten presente que el calentamiento global no para de aumentar. De hecho,  un reciente estudio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que existe un 90% de probabilidades de que entre 2021 y 2025 se viva el año más cálido en la historia registrada. 

Lo anterior se traduce en más deshielo, incremento del nivel del mar, mayores olas de calor y fenómenos meteorológicos extremos. Todo esto con efectos negativos en la seguridad alimentaria, la salud humana y la preservación del medio ambiente. 

Ahora bien, en la tarea de disminuir el impacto medioambiental de las organizaciones, los profesionales de Ingeniería Civil en Prevención de Riesgos y Medioambiente de la UTEM jugarán un papel importante en el desarrollo de proyectos de generación de fuentes de energía limpia similares a esta importante planta.