Chile es un actor importante en la industria minera global, siendo líder en la producción de cobre y renio. Sin embargo, más allá de los beneficios económicos, los proyectos de explotación pueden afectar el medio ambiente. Tal es el caso de los relaves mineros, de los cuales hay 740 en el país, según un reporte de 2019 elaborado por Sernageomin.

¿Qué son los relaves mineros y cómo afecta la naturaleza?   

Se trata de un sólido finamente molido que se desecha en operaciones mineras. Básicamente, es el material que queda luego de usar, durante la explotación, procesos mecánicos y químicos para triturar las rocas, transformándolas en arenilla, para extraer el mineral o metal valioso. 

En ese sentido, puedes encontrar la siguiente clasificación: 

• Relave espesado: producto de un proceso previo de sedimentación para eliminar una cantidad significativa de agua presente en el residuo.
• Relave filtrado: el material ha sido pasado por filtros, extrayendo el agua para que su humedad sea menor a 20%.
• Relave en pasta: residuos en estado intermedio entre el espesado y el filtrado.

Además de las partículas de roca finamente molidas, los relaves contienen productos químicos, minerales, agua y, usualmente, grandes cantidades de cianuro, mercurio, arsénico, plomo y aluminio, entre otros metales pesados y sustancias tóxicas. De ahí que un tratamiento inadecuado del material sea uno de los peores impactos negativos de la minería en el medio ambiente. 

¿Cómo afectan los relaves mineros?

De acuerdo con el artículo 5 del Decreto Supremo 248 del 2007, un depósito de relaves es “toda obra estructurada en forma segura para contener los relaves provenientes de una planta de concentración húmeda de especies de minerales. Además, contempla sus obras anexas. Su función principal es la de servir como depósito, generalmente, definitivo de los materiales sólidos provenientes del relave transportado desde la planta, permitiendo así la recuperación, en gran medida, del agua que transporta dichos sólidos”. 

La mayor concentración de relaves inactivos y abandonados del país está en Atacama y Coquimbo, mientras que en Tarapacá y Maule hay una mínima presencia de los mismos. Por lo general están cerca a los lugares de explotación minera, por lo que son de difícil acceso por las condiciones topográficas que los caracterizan. 

Pero según el Plan Nacional de Depósitos de Relaves para una Minería Sostenible, todos suponen el mismo riesgo ambiental: 

• Contaminación de suelos por metales pesados.
• Filtración de aguas de relave al entorno e infiltración en las napas subterráneas.
• Contaminación de aire y suelos mediante el levantamiento y arrastre de material fino por acción del viento.

En esa línea, un estudio que revisó 52 artículos de entre los años 2017 al 2020, evidenció que los impactos negativos de la minería en el medio ambiente, especialmente de los relaves, son inevitables en lo que respecta a la degradación de los suelos, aguas superficiales, subterráneas y aire. Todo esto sin tener en cuenta el daño potencial a la salud de los asentamientos urbanos cercanos.

Una vez claro qué son los relaves mineros y cómo afecta la naturaleza, es evidente la necesidad de que todas las empresas involucradas en la actividad cumplan a cabalidad el Decreto Supremo 248 del 2007 y del Plan Nacional de Depósitos de Relaves para una Minería Sostenible.

Pero más allá de eso, e incluso pensando en la posibilidad de endurecer la normativa al respecto, es muy importante desarrollar más investigaciones sobre cómo afectan los relaves mineros al entorno, para así encontrar soluciones que ayuden a reducir o prevenir el problema mientras garantizan una operación continua y segura.

Por supuesto, en una tarea de tal envergadura es indispensable el trabajo interdisciplinario de múltiples profesionales. Aquí, los egresados de Ingeniería Civil en Prevención de Riesgos y Medioambiente adquieren un rol protagónico, siendo claves para la sostenibilidad de los procesos en las empresas mineras.